El calentamiento global está impulsando un aumento en la frecuencia e intensidad de las tormentas en África, lo que exacerba otros factores de estrés socioeconómicos en todo el continente.
Lecciones de la reducción del riesgo de desastres en África
Incluso antes de que el ciclón Idai azotara la ciudad de Beria y sus 500.000 habitantes, su alcalde ya estaba trabajando en un plan para hacer que la ciudad resistente a inundaciones para 2035. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos proactivos contra las inundaciones del alcalde, los vientos de 105 mph del ciclón Idai demostraron ser más de lo que la ciudad de Beria podía manejar. Dejó dañado alrededor del 90% de la ciudad. Aunque la tormenta causó estragos en el paisaje, arrancando techos de casas, derribando árboles y líneas eléctricas, los esfuerzos de resistencia a las inundaciones del alcalde fueron exitosos. El agua retrocedió rápidamente en partes de la ciudad donde se habían renovado los canales, lo que permitió a las personas limpiarse y llegar a casa antes. De cara al futuro, el gobierno de la ciudad y los socios internacionales han incluido la mejora de viviendas, la expansión del sistema de canales en toda la ciudad y el fortalecimiento de la costa de la ciudad como parte de un plan de reducción de riesgos de desastres.
La capital de Tanzania, Dar es Salaam, es una de las ciudades de más rápido crecimiento de África. La mayor parte de este crecimiento no fue planificado. Como resultado, al ser una ciudad costera, es propensa a más y más inundaciones. Un proyecto comunitario de mapeo de riesgos llamado Ramani Huria se lanzó en 2015. En octubre de 2018, Ramani Huria había mapeado más de 228 comunidades de alrededor de 3,5 millones de personas., generando información geoespacial sobre uso del suelo, infraestructura y exposición. Todos estos datos informaron los planes DRM y DRR para la ciudad. Durante este proceso, la colaboración entre una amplia gama de partes interesadas (instituciones académicas y ONG locales, la Comisión de Ciencia y Tecnología de Tanzania, la Cruz Roja de Tanzania y el Banco Mundial, entre otros) ha llevado a una mayor receptividad a los cambios de comportamiento requeridos y una una mejor comprensión de las causas subyacentes del riesgo de desastres.
La ciudad portuaria de Kisumu en Kenia podría ser un modelo para otras ciudades interesados en aprender a diseñar planes de RRD. Con el apoyo de la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, más de 100 participantes de departamentos municipales y organizaciones y comunidades locales en Kisumu desarrollaron su primer plan de acción de RRD en 2018. Ubicado a orillas del lago Victoria, Kisumu es propenso a inundaciones durante las temporadas altas. lluvias Antes, la ciudad esperaba las inundaciones y luego brindaba la respuesta humanitaria necesaria. Desde las consultas de RRD, el enfoque ha cambiado de reactivo a proactivo en la preparación y mitigación de los efectos de las inundaciones. La clave del éxito de Kisumu ha sido el compromiso y la participación cívica. Además de mejorar la infraestructura de drenaje de la ciudad y mantener limpias las alcantarillas pluviales, la comunidad se concentró en reemplazar un puente que se inundaba con frecuencia y que conectaba el centro con el resto de la comunidad.
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