A Kagame, líder de facto de Ruanda desde 1994, sólo le quedan dos oponentes que enfrentar después de que los tribunales prohibieron a sus críticos más destacados.
Los ruandeses han comenzado a votar en las elecciones presidenciales y legislativas del país, que se espera que extiendan el mandato del líder Paul Kagame por otros cinco años.
Los colegios electorales abrieron el lunes alrededor de las 7 a.m. hora local (0500 GMT) en todo el país de África Oriental, donde más de nueve millones de personas están registradas para participar, informó la Agence France-Presse.
Es casi seguro que Kagame, que ha sido el líder de facto de Ruanda durante tres décadas, retendrá la presidencia, enfrentándose sólo a dos rivales después de que los tribunales ruandeses prohibieran a sus críticos más destacados.
El panorama refleja el de las últimas elecciones de 2017, cuando Kagame dominó a sus rivales con casi el 99% de los votos.
¿Quién se enfrenta a Kagame?
Frank Habineza, líder del Partido Verde Democrático de Ruanda, y el independiente Philippe Mpayimana fueron los únicos dos candidatos a los que se les permitió competir contra Kagame entre ocho candidatos.
Los tribunales ruandeses han rechazado las apelaciones de los destacados opositores Bernard Ntaganda y Victoire Ingabire, quienes buscaban la anulación de condenas anteriores que efectivamente los descalificaban de la carrera.
La Comisión Electoral Nacional también excluyó a Diane Rwigara, una destacada crítica de Kagame, alegando problemas con sus documentos (la segunda vez que se le impidió postularse).
En el período previo a las elecciones, la organización de derechos humanos Amnistía Internacional dijo que la oposición ruandesa enfrentaba «severas restricciones… así como amenazas, detenciones arbitrarias, procesos judiciales, cargos falsos, asesinatos y desapariciones forzadas».
El legado de Kagame
Con un 65% de la población del país menor de 30 años, Kagame -que busca un cuarto mandato- es el único líder que la mayoría de los ruandeses han conocido.
Este hombre de 66 años es reconocido por haber reconstruido una nación traumatizada tras el genocidio provocado por combatientes hutus que mató a cerca de 800.000 personas, principalmente tutsis pero también hutus centristas, en 1994.
Pero su régimen es ampliamente criticado por grupos de derechos humanos por ser autocrático y sofocar a los medios y a la oposición política con detenciones arbitrarias, asesinatos y desapariciones forzadas.
En el extranjero, se acusa a Ruanda de avivar la inestabilidad en la vecina República Democrática del Congo, donde, según un informe de la ONU, las tropas ruandesas luchan junto a los rebeldes del M23 en el este del país. Kigali ha negado estas acusaciones.
Kagame también supervisó controvertidas enmiendas constitucionales que acortaron el mandato presidencial de siete a cinco años y reajustaron el reloj del líder ruandés, permitiéndole potencialmente gobernar hasta 2034.
A pesar de sus numerosas críticas, Kagame goza de un gran apoyo en su país, habiendo supervisado tasas de crecimiento económico que promediaron el 7,2% entre 2012 y 2022 y el desarrollo de infraestructuras, incluidos hospitales y carreteras.
«Consiguió grandes logros, ayudó a nuestros hijos a ir a la escuela, aumentó el número de profesores y también nos dio seguro médico», dijo Venantia Nyirangendo, de 51 años, durante un mitin del partido Frente Patriótico Ruandés (FPR) de Kagame el sábado.
Phil Clark, profesor de política internacional en la Universidad de Londres, dijo a Al Jazeera que la población ruandesa tenía sentimientos encontrados hacia Kagame y su partido gobernante.
“Es un país que tiene el sistema de protección social más sólido de la región, por lo que la gente se siente protegida en términos de salud y educación. Pero la gente también está preocupada por el control gubernamental y la supresión de la libertad de expresión”, afirmó.
Elecciones parlamentarias paralelas
Por primera vez, las elecciones legislativas de Ruanda se celebran al mismo tiempo que las elecciones presidenciales, con más de 500 candidatos compitiendo por 80 escaños en la Cámara de Diputados.
De ellos, 53 son elegidos por sufragio universal. El FPR tiene actualmente 40 escaños y sus aliados 11, mientras que el Partido Verde de Habineza tiene dos diputados.
Otros veinticuatro asientos están reservados para mujeres, dos para jóvenes y uno para personas con discapacidad. Todos los candidatos a estos escaños deben ser independientes y las elecciones indirectas tendrán lugar el martes.
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