España ha iniciado un proceso de retirada del Tratado sobre la Carta de la Energía (TCE), que protege la inversión en combustibles fósiles y otras infraestructuras energéticas, según han confirmado fuentes oficiales a EFE, socio de EURACTIV.
De la El TCE es un tratado multilateralque ha sido suscrito por 53 países, está en vigor desde 1998 y cuya revisión se ha negociado durante cuatro años.
Después de una ronda final de negociaciones en junio, el contrato vence ahora en noviembre. ser revisado formalmentesiempre que todos los Estados signatarios lo acepten y posteriormente lo ratifiquen.
Los inversores en el sector de la energía disfrutan de una protección especial en virtud del acuerdo. A lo largo de los años, algunas empresas han utilizado el TCE para impugnar las decisiones de los países de la UE de eliminar gradualmente los combustibles fósiles.
Varios Estados miembros de la UE, incluidos España, los Países Bajos y Luxemburgo, han pedido a la Comisión Europea que reformar o abandonar el tratado.
La ministra española para la Transición Verde, Teresa Ribera, ha pedido en el pasado una «salida coordinada del TCE» por parte de la UE y sus estados miembros y finalmente ha decidido dar el paso, según han dicho a EFE fuentes oficiales.
promover la seguridad energética
El contrato se diseñó después del colapso de la URSS, en un momento en que los inversores se mostraban reacios a invertir su dinero en el antiguo bloque soviético. El tratado tenía como objetivo promover la seguridad energética fomentando mercados más abiertos y competitivos en los nuevos estados independientes.
El contrato establece un sistema de protección de inversiones, tiene como objetivo proteger contra el trato discriminatorio y promover la solución de controversias a través del arbitraje.
Fue apoyada por muchos Estados miembros de la UE -a excepción de Italia, que se retiró en 2016- y otros países como Reino Unido, Bosnia y Herzegovina, Japón, Armenia, Jordania, Ucrania y Tayikistán.
Sin embargo, la Comisión Europea dijo que el tratado estaba «obsoleto» por el acuerdo de París de 2015 para mitigar el cambio climático y necesitaba una reforma.
Varios puntos polémicos en discusión dieron lugar a fuertes reservas. Esto se aplica en particular a la protección de las inversiones en infraestructura de combustibles fósiles y la resolución de disputas mediante arbitraje privado.
La semana pasada, la cámara baja de Polonia también aprobó una ley de retiro formal del tratado, una decisión que será definitiva después de una votación en el Senado.
La salida de España del acuerdo ha sido aclamada por grupos ambientalistas, incluida la Red de Acción Climática (CAN), que calificó la decisión de España y Polonia de «valiente» y pidió a otros países de la UE que hicieran lo mismo.
“El peligro es quedarse adentro. Dada la crisis climática y de combustibles fósiles que atravesamos, no podemos permitir que los países derrochen dinero público para compensar a las empresas de combustibles fósiles cuando toman acciones que ayudan a reducir las emisiones”, dijo a EFE Cornelia Maarfield, experta en política comercial de la ONG CAN Europe. .
[Bearbeitet von Miriam Burgués]
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