Los aliados de la OTAN condenan la retirada de Rusia del Tratado FACE y suspenderán sus operaciones

BRUSELAS, 7 nov (Reuters) – Los aliados de la OTAN condenaron el martes la decisión de Rusia de retirarse del Tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa, un acuerdo clave posterior a la Guerra Fría, y dijeron que «suspenderían sus operaciones en respuesta».

Rusia se retiró formalmente del tratado de seguridad, que limitaba categorías clave de fuerzas armadas convencionales, acusando a Estados Unidos de socavar la seguridad posterior a la Guerra Fría con la expansión militar de la OTAN.

«Los aliados condenan la decisión de Rusia de retirarse del Tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE) y su guerra de agresión contra Ucrania, que es contraria a los objetivos del Tratado», dijo la OTAN en un comunicado.

La decisión rusa constituye la última acción hasta la fecha que socava sistemáticamente la seguridad euroatlántica, según el comunicado de prensa.

«En consecuencia, los Estados aliados tienen la intención de suspender la aplicación del Tratado FACE durante el tiempo que sea necesario, de conformidad con sus derechos según el derecho internacional. Esta es una decisión totalmente apoyada por todos los aliados de la ‘OTAN’.

Estados Unidos anunció que suspendería sus obligaciones en virtud del tratado a partir del 7 de diciembre.

La guerra de Rusia contra Ucrania y su retirada del tratado han «alterado fundamentalmente» las circunstancias que lo rodean y transformado las obligaciones de los participantes, dijo el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.

Rusia suspendió su participación en el tratado en 2007 y puso fin a su participación activa en 2015.

Sullivan dijo que a pesar del continuo desprecio de Moscú por el control de armas, Estados Unidos y sus aliados seguirán comprometidos con un control eficaz de las armas convencionales.

El embajador de Rusia en Estados Unidos, Anatoly Antonov, afirmó el miércoles que la transferencia de responsabilidad por la destrucción de la arquitectura de seguridad internacional era una «práctica favorita» de Washington.

«Con la decisión de retirarse, Rusia envía una señal clara: los intentos de construir seguridad militar en Europa sin tener en cuenta nuestras preocupaciones están condenados al fracaso», afirmó Antonov en el canal Telegram de la embajada.

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