Los partidarios de la independencia de España se reunieron en el Arco del Triunfo en el centro de Barcelona. Según una estimación de la policía, alrededor de 11.000 personas asistieron a la manifestación. Entre otras cosas, los manifestantes exigieron la dimisión del gobierno regional del presidente del Gobierno Pere Aragonés, quien, según dicen, está actuando con demasiada vacilación con respecto al establecimiento de una república catalana independiente. Hasta ahora, no ha cumplido su promesa de campaña.
La presidenta del movimiento ciudadano de la ANC, Dolors Feliú, reclamó a Aragonés «un plan para la consecución de la independencia». Ella fue clara: «Si ellos (los políticos) no pueden hacerlo, nosotros lo haremos. No nos pueden detener». Exigirás nuevas elecciones y competirás con tu propio partido. La presidenta de la Cambra de Comerç de Barcelona, Mònica Roca, hizo una declaración similar en su intervención. “Las revoluciones las hacen la sociedad civil y los ciudadanos, no los políticos”. La mayoría de los empresarios catalanes también están a favor de la secesión porque la región está económicamente desfavorecida por el gobierno central.
Aragonés, por su parte, aseguró en un comunicado que su Gobierno de coalición sigue luchando por la independencia, pero quiere asegurar un referéndum pactado con el Gobierno central. «Organizamos el referéndum (1 de octubre de 2017) y haremos que Cataluña vuelva a votar», ha dicho el político del partido de izquierdas ERC. “Lo volveremos a hacer porque muchos queremos que Cataluña sea un país libre”. El presidente del Gobierno socialista de España, Pedro Sánchez, ofrece a los aragoneses nuevos derechos de autonomía, pero rechaza rotundamente un referéndum sobre la independencia.
Crisis de gobierno en Barcelona
El aniversario se ve ensombrecido por una crisis de gobierno en Cataluña. Aragonés destituyó este miércoles a su diputado Jordi Puigneró del partido liberal-conservador JuntsXCat. JuntsXCat critica la ‘política de abrazos’ de Aragonés hacia el Gobierno central de izquierdas de Madrid y ha planteado públicamente la posibilidad de una moción de censura.
Después del referéndum de 2017 y una decisión posterior de separarse de España, Cataluña fue secuestrada por el entonces gobierno central conservador de Mariano Rajoy. El entonces jefe del Gobierno regional, Carles Puigdemont, y algunos de sus compañeros de campaña huyeron al extranjero. Otros separatistas fueron condenados a largas penas de prisión, pero fueron indultados en 2021. Los separatistas de línea dura ven el plan de Aragonés de pedirle a España que celebre un referéndum autorizado como un abandono heredado de la votación de 2017.
kle/wa (dpa, ap)
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