Los madrileños celebran el 2 de mayo en memoria de quienes dieron su vida para evitar una invasión francesa. Ese mismo día, el Barça vivía su propio Dos de Mayo, la enésima victoria por 1-0 sobre Osasuna que le acercaba al título de Liga y el levantamiento del gran estratega del resurgimiento del equipo catalán, Mateu Alemany.
Desde Francia llegó la noticia que activó este verano el negocio de Joan Laporta: el regreso de Messi. El club parisino sancionó al jugador argentino con dos semanas de baja laboral y salario por haber viajado a Arabia Saudí para asistir a sus compromisos como embajador del país, rival económico de Qatar, economía que lidera el PSG.
Nasser al-Khelaifi infligió personalmente la sanción al No. 10 con el único objetivo de hacerle negarse a firmar el contrato de renovación que tiene sobre la mesa para continuar un año más en la capital gala y desaparecer de un país que nunca lo quiso.
Messi llegó como el mejor jugador de todos los tiempos, pero su notoriedad se diluyó desde el primer momento. En la Champions nunca estuvo a la altura, los campeonatos se ganaban por inercia y dinero y el Mundial acabó por echarlo todo por tierra. La estrella del PSG ganó una Copa del Mundo en Francia organizada por los dueños de su club. El título nunca fue reconocido en el Parque de los Príncipes, ni Messi quiso compartirlo con su afición.
Mateu Alemany viaja al Aston Villa de Unai Emery. Nassef Sawiris, el segundo africano más rico del mundo, y Wes Edens, un multimillonario estadounidense, son los nuevos propietarios desde 2018 que decidieron apostar por los Villains para amenazar a los Big Six de la Premier League.
Alemany ganará más dinero, pero su verdadera motivación es que tendrá capacidad para hacer fichajes, negociar llegadas y salidas y hacer del Villa un equipo ganador desde los despachos. su hábitat natural.
En el Barça no había forma de evitarlo. Las palancas ya han hecho su trabajo a corto plazo, pero las deudas vuelven y LaLiga se ajusta el cinturón para cumplir con el control económico y evitar la quiebra del club catalán.
Ante estas perspectivas, Alemany decidió aceptar la oferta y marcharse a la Premier League. El Barça dice que el actual director de fútbol y CEO se va el 30 de junio, pero se ha comprometido a dejar cerrados los fichajes de verano. Un brindis por el sol porque, en cuanto ponga un pie en Birmingham, le será imposible hacer que otro club se beneficie de sus decisiones.
La baja de Alemany y la sanción de Messi dejan al Barça en su punto más bajo y al borde del abismo deportivo. Ganar la Liga será un bálsamo pero las costuras se abrirán de nuevo y Laporta tendrá que decidir si reduce el club a la mitad de la tabla sin fichajes y con grandes ventas para equilibrar el presupuesto o sigue quemando préstamos para sobrevivir.
Messi es su mayor activo. Un jugador con más pasado que futuro que tiene la cabeza en Miami, pero que podría volver a Barcelona para seguir en la máxima categoría y cobrar más que en la MLS. Su fee es de 50 millones de euros, que podrían reducirse a 25 millones, pero eso incluye a Javier Tebas haciendo ingeniería financiera para permitir la llegada del astro argentino y revitalizar la competición.
Messi como salvador de la Liga. Mbappé no se irá del PSG, el Real Madrid tampoco intentará ficharlo, Haaland no se irá del Manchester, Cristiano sufre una millonaria jubilación y solo resta Messi para alegrar una LaLiga como máximo.
El Barça está preparando el Dos de Mayo a su manera, Francia les quitó a su líder y ahora les toca a ellos recuperarlo para dirigir la orquesta mientras el barco se hunde.
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